martes, 5 de octubre de 2010

rosseau



              
Licenciatura en educación

Tema: Características principales del pensamiento educativo de Rousseau

Nombre: Carla Hernández Vázquez


Bibliografia: W. Plato `s Republic for today, Heinemann, Londres, 1962.
R.C.Lodge, Plato’s theory of education, Kean Paul, Londres, 1946.pag119-161



Resumen:
Características principales del pensamiento educativo de Rousseau

Parece claro que muchas de las actitudes que Rousseau desarrolló tanto frente a la educación como frente a la vida en general se debieron en gran parte a su propia vida insegura y de manera especial a sus primeros intentos fallidos de encontrar su vocación. La falta de una vida hogareña solida y de una educación apropiada, sin duda desempeñó importante papel en determinar tanto su interés inicial por la educación, como el punto de vista revolucionario que adoptó frente a ésta.
Sus opiniones radicales se transparentaron principalmente en el ensayo premiado por la academia de Dijon, obra donde apuntan algunas ideas expresadas posteriormente en el Emilio.

La siguiente obra importante La nueva Eloísa, expresa en manera novelada muchas de las ideas que posteriormente sostendría en el Emilio. Contiene una ilustración en la educación doméstica, donde a los niños se les da educación en casa, fuera de las influencias corruptoras de la sociedad, y de esa manera pueden preservar su bondad natural.

La obra de Rousseau a este respecto empieza con las frases tan conocidas.
El hombre nace libre, pero en todas partes esta encadenado. Quien se considera amo de los demás es mayor esclavo que ellos, ¿Cómo se llego a esta situación? No lo sé, ¿Qué puede legitimarla? Creo que puedo dar respuesta a esta pregunta. El gobierno, por tanto, representa la voluntad general de la comunidad y no puede justificar que imponga ley alguna que vaya contra esa voluntad general. El libro tuvo gran influencia en la opinión revolucionaria en Francia, y fue un factor importante en el desarrollo de los acontecimientos que condujeron a la Revolución Francesa, puesto que proporcionaba un modelo de gobierno radicalmente opuesto al de la monarquía absolutista.

El cambio revolucionario fomentado por Rousseau es que, en vez de que la educación se centre en lo que enseña (la materia), se debería centrar en quién es enseñado, o sea, en el niño.

Una consecuencia posterior a colocar al niño en el centro de la educación es que se vuelve necesario considerar sus necesidades e intereses como primordiales.

El desarrollo natural, por tanto, es el ideal y se ha de evitar cualquier interferencia.

Una de las principales tareas que Rousseau se impone en esa obra es describir la naturaleza del niño y cómo permitir que se desarrollara de acuerdo con sus propias leyes internas. Para presentar sus ideas al lector Rousseau toma a un pupilo imaginario, un huérfano llamado Emilio, de cuya educación se ha encargado a Rousseau.

La expresión de tales ideas por lo general es vigorosa y hace gran uso de la retórica y de la exageración, a veces expresas de la consistencia lógica, Rousseau se dio perfecta cuenta de que éste sería un mejor modo de comunicar sus ideas al público en general. Esto no debe de decir que no se deba criticar aquello que es impráctico, inconsistente o descarriado, pero esas ideas deben de compensarse con él con el valor indudable de que es un planteamiento claro de muchas veces ideas educativas valiosas, ideas, que han ejercido influencia inmensa desde entonces.

Libro I: Después de algunas observaciones generales sobre la educación de acuerdo con la naturaleza, trata de la primera etapa del desarrollo del niño, es decir de la infancia, que para Rousseau abarca desde el nacimiento hasta la edad de doce años. En esta etapa, el comercio principal del tutor es procurar que las oportunidades del niño de tener todas las experiencias diferentes que puedan no se le restrinjan, al menos de que vaya a sufrir algún daño.

Es decir presumir que no se habría opuesto al desarrollo de lo que hoy llamaríamos hábitos  “naturales” o “necesarios” en la educación del niño, como los que supone aprender a caminar o a hablar.
El siguiente estadio del desarrollo es la niñez, que de acuerdo con Rousseau dura de los dos a los doce años.

La educación en este escalafón, afirma, “consiste no en enseñar la virtud y la verdad, sino en preservar el corazón del vicio y la mente del error”. Las experiencias del aprendizaje que son aptas en este momento son el dibujo, la medición, hablar y cantar.

La educación negativa es también el modelo en la esfera de la moralidad, Rousseau recomienda que cuando el niño haga algo mal no se le castigue,  si no por el contrario se le deje a que sufra las consecuencias de su mala conducta, como es el ejemplo del niño que ha roto la ventana de su alcoba, esta política se conoce como la doctrina de las consecuencias naturales.

Rousseau, además, sostiene sus ideas del deber y de la obediencia son innecesarias y perjudiciales. Una vez más, constituyen limitaciones naturales al comportamiento.

Es natural que en esta etapa el motivo dominante en el niño sea el amor propio o la inclinación a sus propios placeres y dolores. No quiere decir que esto sea realmente egoísta, en el sentido de que se preocupe de sus propios deseos o expensas de los ajenos; significa más bien que el niño pequeño todavía no está dispuesto a colocarse en el lugar de los demás y ver las cosas desde el punto de vista de los otros.

El Libro III abarca los años de los 12 a los 15, que es la primera adolescencia en el esquema de Rousseau. En esta época la curiosidad innata del niño está mucho más desarrollada y, debido a que su interés natural por el mundo no ha sido amortiguado por intentos prematuros de enseñarle conocimientos verbales y abstractos, tiene la mente abierta y dispuesta a explorar el ambiente en el que vice.

En este periodo, el único libro que debería leer es Robinson Crusoe, y es fácil ver por qué Rousseau lo ha escogido. En el modelo perfecto del tipo de la vida que Rousseau considera apropiado esta etapa.

El plan de estudio contendrá historia, literatura, arte, idiomas, estudios sociales, y política.
El buen gusto lo va adquirir mediante el estudio de literatura y el teatro así como tomando parte en la sociedad culta y a través de los viajes.

También es interesante  advertir que Rousseau ahora repite a Aristóteles al afirmar que “es haciendo el bien como nos volvemos buenos”. De todas formas Emilio quedará sujeto a nuevas pasiones que aparecerán en él y al despertar de los impulsos sexuales exigirán una guía cuidadosa por parte del tutor en las esferas de la moralidad y de las emociones. En esta sección del libro la que causó a Rousseau tantas dificultades con la Iglesia.
Su educación, por tanto, consistirá principalmente en aprender los quehaceres domésticos, adquirir algunas cualidades sociales (como tocar algún instrumento musical) y los métodos que hacerse agradables a los hombres. El libro concluye con su matrimonio seguido del nacimiento de su hijo, al que Emilio propone educar.

Los consejos educativos de Rousseau en las conside4raciones difieren bastante en los que programa en el Emilio, puesto que ahora aboga fuertemente por un sistema nacional de educación, afirmando que “son las instituciones nacionales las que forman al genio, el carácter, los gustos y la moral de la gente y la hacen distinta de los demás.

Independientemente de estas incongruencias indelegables son las ideas del Emilio las que constituyen una innovación significante en Rousseau, y es el enfoque centrado en el niño individual allí representando el que ha tenido tan profunda influencia en todo pensamiento educativo subsiguiente.
Aparte de la confusión de significados que hay aquí, existe también un problema filosófico básico al emplear la naturaleza como método para la educación. Además teniendo en mente el limitado conocimiento psicológico de aquella época, su explicación es perspicaz por muchos conceptos.


Emilio

Libro I
Todo sale perfecto de manos del autor de la naturaleza; en las del hombre todo degenera.
En el actual estado de cosas, el más desfigurado de todos los mortales sería el que desde su cuna a sí propio lo dejaran abandonado; en éste, le sofocarían su naturaleza de perjuicios, al autoridad, el ejemplo, todas las instituciones sociales en que vivimos sumidos, sin sustituir otra cosa.

La educación de la naturaleza es la del desarrollo interno de nuestras facultades, lo que nuestra experiencia propia nos da a conocer acerca de los objetos que percibimos en la educación de las cosas. Así cada uno de nosotros recibe lecciones de estos tres maestros.

La púnica que somos de verdad los árbitros es la de los hombres, y esto es todavía una suposición.
Sólo por suerte se puede dar en el blanco, ¿Qué blanco es éste?, es el mismo de la naturaleza, pero, como acaso la voz de la naturaleza tiene una significación sobrado vaga no es otra cosa que el hábito.
Nacemos sensibles, y desde que nacemos excitan en nosotros diversas impresiones los objetos que nos rodean.

La Concordancia es entonces imposible, y precisados a oponernos a la  naturaleza o a las instituciones sociales, es forzoso escoger entre formar un hombre o a un ciudadano, no pudiendo ser uno mismo una cosa y otra. Así nace de estas contradicciones las que nosotros mismos experimentamos sin cesar. En el orden social están todos los puestos señalados, debe de ser cada uno educado para el suyo.

Como en el estado natural, todos los hombres son iguales, su común vocación es el estado de hombre; y aquel que para éste hubiera sido bien criado, no puede desempeñar mal aquello que con él tenga conexión.

Un hombre de nivel social elevado, me propuso que educará a su hijo, pero como ya tuve experiencia me sentía inepto y rehusé.

Nacemos aptos para aprender, pero sin saber nada ni conocer nada. Ni siquiera la conciencia de su existencia propia tiene el alma encadenada en imperfectos y no bien conformados órganos.

Las primeras sensaciones del niño pertenecen por completo al reino de los sentidos y sólo se distinguen en ellas placer o dolor, también es preciso habituarlos cuando antes a la oscuridad; si no, llorarán y gritarán cuando no ven la luz.

En cuanto empieza a distinguir el niño los objetos, es importante escoger bien los que se les enseñe.

Libro II
Hombres, sed humanos, que es vuestra obligación primera, amad la infancia, favoreced sus juegos, sus deleites, su amable instinto.
Oigo los clamores de esa falaz sabiduría que sin cesar nos lanza fuera de nosotros, que desdeña al tiempo presente, siempre corriendo sin tomar aliento en pos del porvenir que huye al paso que nos adelantamos, ahora es tiempo respondéis de corregir las malas inclinaciones del hombre.

Si no corremos en pos de imaginaciones fantásticas, no nos olvidemos tampoco de lo que conviene a nuestra condición, las personas cuyas facultades estuviesen al nivel de sus deseos, sería completamente feliz. El único que hace su voluntad es el que para hacerla no necesita valerse de otros; de donde se colige que el más apreciable de los bienes no es la autoridad sino la libertad.

Mantened al niño en la sola dependencia de las cosas, y en los progresos de su educación seguiréis al orden de la naturaleza. Me diréis que incurro en el caso de aquellos malos padres a quienes culpa por sacrificar la felicidad de sus hijos por consideración de un tiempo remoto, que puede no venir nunca.


Tratar a nuestro alumno conforme a sus edad; poniendo desde luego en su lugar, y retenerle de manera que no hagan tentativas para salir de su puesto.
Es cosa muy extraña que desde se ocupan los hombres en la educación de los niños, no hayan imaginado otros instrumentos para conducirlos, que la estimulación, los celos, la envidia, la vanidad, el ansia, el miedo, todas las pasiones más peligrosas las que más pronto corrompen el alma.

En cuanto a mi Emilio, que educo en el campo, no habrá en su cuarto nada que le distinga del de un jornalero., además sería necesario que se valiese de su alma hasta que se poseyese ésta todas las facultades, así la educación primera debe de ser meramente negativa. Ejercitad su cuerpo, sus órganos, sus sentidos, sus fuerzas, pero mantened ociosa su alma cuanto más tiempo fuera posible.

La primera idea que se le ha de dar, no tanto es la de libertad cuanto la de la propiedad y para poder tener esta idea es menester que tenga alguna cosa propia. El niño destructor ha de aprender la lección de otra manera.

Ya estamos en el mundo moral, ya está la puerta abierta al vicio; con las convenciones y las obligaciones nacen las mentiras y el engaño. Todas las mentiras de los niños son obras de los maestros, y querer enseñarles a que digan la verdad es enseñarles a que mientan. Además la causa de la desdicha de los niños es su aparente facilidad de aprender.

Los idiomas
Extrañarán que mire como una de tantas inutilidades de la educación, el estudio de los idiomas; más téngase presente que sólo hablo aquí de los estudios de la edad primera, y digan lo que quieran creo que hasta los doce o quince años, ningún niño exceptuando los portentos, ha aprendido verdaderamente dos idiomas. Entre estas diversas formas da el uso una al niño, y es la única que hasta la edad de razón conserva.

La geografía
En cualquier estudio que sea, nada son los signos representantes sin la idea de las cosas representadas, le enseñan nombres de ciudades, de países, de ríos, que no concibe el que exista en otra parte del papel donde se muestran

La historia
Por consecuencia de un error más ridículo todavía, les hacen que estudien la historia, imaginándose que está a su alcance por que no es más que una recopilación de, hechos.

Las fábulas
Emilio una aprenderá nada de memoria, ni siquiera fábulas, aunque sean las de Font aine, con todo su mérito. De las pocas fábulas que en la colección de la Font aine hay adaptables a los niños, una de las que mejor pueden entender es la del cuervo y el zorro, analizada línea por línea y verás que impropia es para los niños.

La lectura
Eximiendo de toda obligación a los niños, les quito los instrumentos de su mayor desgracia, que son los libros, suponiendo que mi método sea el de la naturaleza, y que en la aplicación no me haya equivocado, hemos traído a nuestros alumnos atravesando el país de las sensaciones, hasta la última frontera de la razón pueril.

Libro III
Nuestro niño, que en breve va a dejar de serlo, ha entrado dentro de sí y más que nunca siente la necesidad que le encadena con las cosas, empero antes que nos metamos en este nuevo orden de cosas, contemplemos a él de donde salimos, y veamos hasta donde hemos llegado.

La mayor o menos aptitud para comparar ideas y hallar relaciones es lo que constituye en los hombres el entendimiento., la naturaleza escoge sus instrumentos y no los arregla por la opinión, sino por la necesidad.

Libro IV
Dos veces, por decirlo así, nacemos; una parte para exigir, otra para vivir, una como seres humanos y luego como hombres o mujeres, sin embargo, no está destinado en general el hombre de permanecer siempre en la niñez, pues sale de ella en la época que ha prescrito la naturaleza.

Con este fin importa seguir aquí un camino opuesto al que hasta ahora hemos seguido y antes instruir al mozo por la experiencia ajena que por la suya propia. Además, falta mucho para que los hechos que describen la historia se ala pintura exacta de cómo sucedieron, pues mudan de forma la cabeza del historiador, amoldándose a sus intereses y tomando color de sus perjuicios, ¿quién es el que sabe colocar tal como fue? Todo lo disfraza la ignorancia o la parcialidad.

El tiempo de los yernos es el de las fábulas, que censurando al culpado bajo un disfraz extraño, le instruyen sin ofenderle, la cosa más vana y peor entendida es al moraleja con que concluye la mayor parte de las fabulas. Sólo los hombres pueden aprender de las fabulas y éste es el tiempo de que Emilio empiece estudios especulativos y luego sin la menor experiencia lanzados fuera de tiempo en el mundo y su tráfago, que han de luchar con la razón, tanto como con la naturaleza y no es extraño que tan pocas gentes sepan conducirse.

Le serán deliciosos en una edad de circunstancias en que con tanto embeleso se interesa al corazón todos los géneros de belleza capaces de conmoverlo.

En otra parte he dicho que el gusto no era otra cosa que el arte de entender de cosas pequeñas, pero una vez que los contentos de la vida penden de un cúmulo de estas cosas pequeñas no deja de ser importante, este interés.





Análisis:
Rousseau  habla de la educación buena y mala o negativa creo que se refiere a que cuando el niño hace algo malo no se le castigue si no que se le deje aprender de sus herrares que sufra las consecuencias, pues a beses castigándolos solo se encaprichan mas por eso está bien lo que el proponía para que el niño con el tiempo rectificara y se diera cuenta de lo que está mal, también decía que se debía de tratar a los alumnos de acuerdo a su edad que se les tratara de acuerdo a su edad pues si es verdad a veces hoy en día los niños de 3 y 6 años ya saben muchas más cosas que los adultos pero está mal porque son cosas malas que ellos aprenden en la calle.



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